La filosofía es de vida, de actitud, de mirada firme, segura, precisa. De certidumbre y coherencia para la vida y en la vida. De conexiones y relaciones humanas buscando concordancias y diferencias para avanzar y aprender más, siempre más. Es decir, la filosofía no se va inventando día a día, es por ende en la vida del hombre, es porque siempre se va preguntando y contestando a sus interrogantes y se vuelve a hacer nuevas cuestiones. El filósofo pues, extiende su pensamiento y abarca su análisis desde lo más simple hasta lo mayormente complejo; no complejo en tanto que nadie entienda sino en tanto que búsqueda de nuevas herramientas, ramificaciones y observaciones ante cualquier circunstancia. La relevancia de los conceptos filosóficos debe recaer en la experiencia de vida y la interacción social en todos los ámbitos cotidianos. Pero la filosofía, debe ir siempre en trabajo conjunto con la pedagogía, como ciencia que recoge los fenómenos educacionales técnicocreativos que preparan al hombre para la vida. Y para que esto se lleve a cabo, “La adquisición de las herramientas necesarias para un razonamiento apropiado debe fomentarse desde que los niños son muy pequeños.”