Cualquiera que sea la adicción, parece tratarse de actuar el sufrimiento que no puede ser nombrado, pero especialmente la que encuentra lenitivo en las sustancias, intenta cubrir un hueco en el cuerpo y en el alma. La toxicomanía es solo la ocasión de engancharse con un químico específico que altera temporalmente la sensación de vacío. Esa incompletud no tiene respuesta en la abstinencia. La cura no proviene de separar al adicto del fármaco, sino a partir de crear las condiciones para que el paciente se encamine en la búsqueda de nuevas significaciones y que sea capaz de convivir con la carencia de sentido.