Este ensayo analiza la crisis actual de la psicología, en la imposibilidad de definir su objeto de estudio. Rastrea sus orígenes, cuando se afanaba en proclamarse una ciencia basada en métodos objetivos y universales, lo que condujo a una dispersión temática. Condena las imposiciones universales de la teoría, típicamente de origen europeo, que ignoran los contextos culturales e históricos. Este enfoque universalista e individualista es problemático en Latinoamérica ya que promueve la conformidad ante realidades complejas.