La seguridad pública es una de las dimensiones del quehacer social más violentado en los años recientes en México, particularmente en ciudades fronterizas como Tijuana, donde la actividad delictiva ha incidido fuertemente en la construcción de los imaginarios sociales. De ahí que la construcción de la confianza ciudadana, de los individuos inmersos en escenarios altamente delictivos, se ve afectada necesariamente, tanto en la percepción de su entorno como hacia las instituciones gubernamentales. Ante ello se hace necesario en establecer un referente teórico conceptual que permita comprender, no sólo el proceso mismo de la construcción de la confianza, sino también de qué forma se altera este proceso ante contextos adversos, que llevan a impactar en el comportamiento mismo del ciudadano normal.